Entre la carretera de la costa y la autopista del Mediterráneo, cerca de Lorca, hay una pequeña carretera que está casi en desuso porque todo el mundo utiliza una de las otras dos. Había pasado por ella tan solo una vez hace tiempo, pero la tenía presente debido a las numerosas villas abandonadas que pueden verse al conducir por ella. Restos de una arquitectura olvidada, perteneciente a su entorno, construcciones compactas, masivas y terrosas, que aún conservan el espíritu residencial aislado y tradicional en el campo de la región. La última vez que fui a Murcia, hace un par de meses, busqué esta carretera y pasé una mañana parando en cada casa, unas diez, para fotografiarlas, y reforzar así un contexto mental que creo importante para el diseño de una vivienda integrada en estos paisajes.